Entrevistas

“VENGO A DISFRUTARLO Y A RECORDARLO…” FERNANDO ROCA REY VUELVE A ACHO EN LA TARDE DE SU DESPEDIDA.

No cabe duda de que el apellido Roca Rey ha cobrado una especial relevancia en el mundo de la tauromaquia durante los últimos años. Sin embargo, la importancia de este apellido en el Perú no es producto de una casualidad, sino que es el fruto de su presencia en los distintos estamentos de la fiesta de los toros desde hace más de ciento veinte años, encarnada en ganaderos, empresarios taurinos, aficionados prácticos y ahora en matadores de toros.

Dentro de los matadores de toros, resulta innegable la consagración de Andrés Roca Rey como máxima figura del toreo mundial pero, para ello, sin duda uno de los grandes referentes en su trayectoria ha sido y es el mayor de sus hermanos, Fernando, quien habiendo decidido muy joven ser un profesional del toreo, logró convertirse en una de las primeras figuras de la coletería peruana hacia la primera mitad del presente siglo e incluso adquirió una especial trascendencia mediática por su participación en algún reality show, devolviéndole a la tauromaquia el protagonismo especial en la televisión abierta que había perdido de manera significativa.

La buena técnica y variedad de reportorio de Fernando Roca Rey siempre estuvieron acompañadas de un carisma especial dentro y fuera de la plaza y hoy, luego de más de veinte años de iniciada su trayectoria profesional, el diestro peruano no solamente ha cumplido su sueño de debutar en España, demostrando el oficio y solvencia ganados con el tiempo, sino que además regresa a Acho en una tarde en la que anuncia su despedida de los ruedos, lidiando toros de Roca Rey -hierro de su tío Juan Manuel-y compartiendo cartel con el español Manuel Escribano y con el venezolano Jesús Enrique Colombo. En una interesante entrevista con Luis Miguel León, el matador nacional nos cuenta acerca de lo que ha significado su trayectoria profesional y lo que representa la tarde del domingo para él.

Los toreros pueden reducir el número de actuaciones, pero llevan siempre el espíritu de la profesión y, por ello, a pesar de haber toreado por voluntad propia bastante menos que en otras épocas en los últimos años, Fernando Roca Rey nunca ha dejado de sentirse y de vivir en torero: “En los últimos años nunca he estado desligado de los toros, porque en una profesión como ésta, en la que te sumerges desde tan corta edad, existe un vínculo especial que te impide retirarte o alejarte y así empiezas a jugar otros roles para acompañar a la tauromaquia con tu vida y tu forma de ser y por ello en los últimos años he tenido la suerte de mantenerme en torero, con festivales, toreando en el campo y además de salón, que es parte de mi rutina desde muy temprana edad, mi manera de mantenerme en forma y al día”.

Llega Acho 2022 con Fernando Roca Rey teniendo una nueva oportunidad en nuestra tradicional feria y nos cuenta cómo se materializa esta iniciativa: “a finales del año pasado surge la propuesta de la empresa de Lima, ofreciéndome una corrida en la feria para este año 2022 y era algo que yo veía muy lejano porque no tenía intenciones de reaparecer desde el año 2019, donde había toreado en Chota con mi hermano Andrés. Sin embargo, paralelamente a ello van surgiendo otros factores, como un festival en Las Palmas y una propuesta de Andrés para torear en España juntos y entonces empecé a programar mi reaparición en Lima -Sol y Sombra- con gran éxito, pasando por mi preparación y corrida de toros en España -que ha sido una experiencia única y me aportado mucho, habiéndolo además disfrutado de manera especial- y recientemente la corrida en Cajabamba, en la que pude torear con mi hermano y encontrarme a gusto, siendo ésta una tarde especial, para mi recuerdo personal, todo ello de cara a lo que viene, que es Acho”.

Las temporadas de un torero pueden ser más reducidas en número de festejos, pero igualmente intensas: “estoy contento por lo que se ha venido dando; antes cuando hacía temporada completa pasaba los treinta festejos al año y muchas veces no me daba el tiempo para reflexionar y plantear las corridas que venían, porque venía una tras a otra y me he dado cuenta en este tiempo que torear menos y en el campo para mentalizarme como lo he ido haciendo me ha ayudado a tener otra perspectiva y a enfocarme en el corto plazo para disfrutarlo. En las temporadas largas a veces desde la primera corrida uno está pensando en la última y eso nos impide disfrutar de todo el proceso, que es justamente lo que ha venido pasando y que me tiene muy contento”.

La actuación de Fernando Roca Rey en Acho de este año ha sido anunciada como la tarde de su despedida, pero como siempre suele ocurrir, los toreros rara vez pueden asegurar que se irán definitivamente de los toros: “ya lo he repetido varias veces, pero esta tarde, como las demás, es la penúltima, pues el torero siempre se lleva la sensación de poder aportarle algo más a la tauromaquia, a la suya propia desde una posición egoísta y al toreo en general desde un punto de vista colaborativo; yo en el año 2017 supuse que era mi última presentación en la feria de Acho, estaba contento con lo que había logrado y no me proyectaba a tener más temporadas por delante, pues estaba dedicado a mi otra profesión, pero en esto del toro a veces no se pueden cerrar capítulos o pasar páginas tan rápido, porque siempre quedan algunas estrofas más por salir del tintero y redactarlas y, en este caso, se ha dado la oportunidad de volver a Acho, además en un momento personal muy bueno, más maduro con el paso de los años, pero con la ilusión de quien recién empieza”.

Este año marcó el debut del mayor de los Roca Rey en España y, sobre ello, el torero nacional nos cuenta lo que representó para él aquella tarde, a pesar de no haber podido compartirla con su hermano Andrés, como originalmente había sido previsto: “el cartel inicial me generaba mucha ilusión y, dadas las circunstancias, había que tirar para adelante y el cartel finalmente se remató con Emilio de Justo, que es un gran torero y estuvo muy pendiente, demostrando ser un gran profesional. Y esa tarde para mí fue un momento al que había que marcarle un “check” en mi trayectoria taurina, pues he toreado no sólo en el Perú sino en muchos países taurinos, como novillero y como matador de toros, pero en Europa solamente había toreado en Portugal y lógicamente tenía que torear en España y si bien las cosas no siempre se dan cuando uno quiere -pues tal vez hubiese deseado que esto se hubiera dado cuando estaba toreando treinta corridas de toros y que de esa me surja otra-, las situaciones llegan cuando corresponden y llegó en un momento muy bueno para mí, en lo personal y profesional y la verdad es que estuve muy a gusto de vivir esa experiencia, de poder dar ese paso para adelante y sobre todo cortar la oreja, dar la vuelta al ruedo y disfrutarlo; pudieron estar mis papás, Andrés en el tendido aunque lesionado por lo ocurrido en Bilbao e incluso amigos que también fueron, así que lo disfruté mucho, fue una tarde muy bonita. He vivido tanto este proceso que llegó la tarde y se pasó volando, pues, cuando me di cuenta, ya estaba en el hotel quitándome el traje, así que lo que he podido aprender durante estos años que he estado fuera del toreo es a disfrutar de todo el proceso y a visualizar poco a poco las corridas que se vienen por delante”.

Andrés no pudo acompañarlo en aquella tarde del debut en España, en Ejea de los Caballeros, compartiendo y compitiendo con él, pero de todas formas se las arregló para estar presente en tan importante acontecimiento. Para retribuir ese gesto, hubo un emotivo brindis para el hermano lesionado y así nos cuenta Fernando Roca Rey ese especial momento: “Él estaba en el tendido, todavía lesionado y, cuando la gente se dio cuenta de que estaba ahí, le pegaron una ovación más fuerte que la que me pegaron a mí cuando saludé desde el tercio; a la gente le gustó mucho que, a pesar del golpe tan fuerte que tuvo en Bilbao, pudiera asistir a esta plaza y la afición se lo reconoció con una merecida ovación después del esfuerzo que había hecho dos o tres días antes. En cuanto al brindis, le dije que era algo muy importante dentro de mi trayectoria y, como a nosotros nos gustan mucho las rancheras, le dije que, en palabras de José Alfredo Jiménez, a veces no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar y ahí estaba yo…”.

Pocos días antes del ansiado debut en tierras hispanas FernandoRoca Rey tuvo que presenciar el serio percance de su hermano en Bilbao y, en cuanto a las vivencias en torno a ello, nos señala con admirable humildad: “aquel día, más que desprenderme de las emociones, me aferré a ellas, porque fue una lección de tauromaquia por parte de Andrés; mucha gente me decía si esa habría sido su mejor faena y, en realidad, yo no me enfoco tanto en este caso en la calidad de la faena -porque todas tienen un gran nivel de intensidad y de capacidad-, sino en lo ocurrido ese día: un cambio de toro, sale un sobrero grande y con sus complicaciones y que ya había cantado que lo podía coger y, a pesar de ello, se sobrepone para estar muy bien en ese primero, pero luego además pude vivir la experiencia de la decisión que él toma de salir de la enfermería a matar al segundo, golpeado, doliéndole la espalda, la cara, la rodilla, el cuerpo entero y, entonces, cuando uno se encuentra allí, en primera persona y puedes ver cómo un profesional -más allá de que sea mi hermano- se deja de cosas y va por más, te da una lección y, finalmente, uno viene a este mundo a aprender, incluso de aquellos que son menores que uno y qué mejor maestro en este caso que mi hermano, enseñándome que en el mundo del toro hay dureza, pero al final te trae recompensas si uno es capaz de dar ese paso para adelante y de asumir el reto. Andrés tiro ese día la moneda al aire, la atrapó antes de caer y la puso en la posición que él quería, triunfando por todo lo alto”.

Sobre sus expectativas en cuanto a esta nueva comparecencia en Acho, el diestro peruano nos cuenta: “Estoy contento de tener la oportunidad de regresar a Acho, de poder torear en una fecha emblemática dentro de mi carrera y tengo la suerte de haberme mantenido en vigencia y cercano al mundo del toro, con lo cual, cuando sale esta oportunidad, la atrapé y dije ´vamos para adelante´ e inicié esta empresa que ha sido este año 2022, de cara a disfrutarlo corrida a corrida, toro a toro y es algo que de momento estoy logrando y espero lo mismo en Lima, adonde llego obviamente con la ilusión de un triunfo gordo, pero más que nada de llevarme sensaciones, de disfrutar, de que la gente me vea a mí y que lo que yo esté sintiendo en ese momento les llegue a ellos; voy a estar muy metido en lo mío y sintiendo, pues uno como artista, si quiere que el público se emocione, el primero en emocionarse tiene que ser el autor de la obra, de modo que en este caso voy a ello y si luego hay suerte con los animales, las cosas se dan y hay un triunfo importante, qué mejor, pero principalmente vengo a disfrutarlo y a recordarlo”.

El toreo es una profesión tan especial, que es capaz de permitirle a sus protagonistas cumplir sus sueños más anhelados y esto queda demostrado una vez más con Fernando Roca Rey, un torero de importante trayectoria en ruedos peruanos que había dejado de estar en activo durante estos últimos años, pero que ha tenido al alcance de sus manos no sólo la posibilidad de cristalizar el deseo que estuvo presente desde niño de poder torear en España sino ahora de poder cerrar un ciclo de su trayectoria como matador de toros en una despedida que esperamos que no sea tal, sino más bien uno más de esos penúltimos festejos, parafraseando al propio matador peruano. Sin duda, todo esto que ha vivido el mayor de los Roca Rey es el premio a la trayectoria de un torero joven, pero con una dilatada trayectoria, que ha hecho muchas cosas por la tauromaquia peruana y que todos debemos reconocer y apreciar.